El Eboshi

Hoy os quiero hablar de una prenda que estamos incorporando en nuestra vestimenta de Iaido. Es el Eboshi. Siempre que me lo pongo me recuerda a esos simpáticos duendecillos azules (los pitufos) o la típica «Barretina Catalana». Bromas a parte. Esta prenda es interesante ya que pasó de ser una prenda puramente estética e incómodo exclusiva de la alta sociedad a tener una funcionalidad práctica y gran popularidad entre la burguesía.

Takashi Ukaji (Minamoto no Yorimasa) aparece en el drama televisivo de NHK «Taira no Kiyomori» con un Eboshi doblado
Preciosa fotografía de Salvador Dalí en su casa de Port Lligat, trabajando, con el típico sombrero catalán «Barretina» Fotografia de Enrique Sabater (1975)

Los inicios del Eboshi

El Eboshi 烏帽子 o sombrero negro, llamado así por su color “negro”, es un sombrero de copa hecho de seda fina o de papel con una capa protectora de laca negra y endurecido por los bordes. Su existencia se remonta al periodo Heian へいあんじだい (794年-1185年 ), por lo que también se le conoce como Eboshi Heian. Hay quien dice que proviene del sombrero alto Wusha de china 烏紗高屋帽.

Fotografías históricas de Michael Maslan/CORBIS (imagen extraida de…)

Originalmente era una prenda para hombres, concretamente la vestían los funcionarios de alto nivel, pero más tarde las mujeres también lo usarían. Llegando a popularizarse en el periodo Heian. Durante este periodo, ser visto sin casco era como algo vergonzoso, por lo que los sombreros o gorras Eboshi se usaban en todo momento durante las horas de vigilia y se consideraba un grave insulto tocar, y mucho menos derribar el Eboshi de la cabeza de alguien.

Las variantes de este sombrero eran infinitas, en función del uso que se le daba o de quien lo portara. En el periodo Kamakura 鎌倉時代(1185年-1333年) este sombrero ya era muy popular en la sociedad de manera que para distinguirse, cuanto más alto es el sombrero, más alto era el estatus de la persona.

El Eboshi y los samuráis

El Eboshi y sus derivados continuaron siendo usados por los samuráis, particularmente por la élite, hasta el final del periodo Edo. El tocado fue evolucionando con el paso de los años hasta llegar al Eboshi más popular.

Los Eboshi de los samuráis eran hechos de una tela o gasa suave con una cinta negra, o más a menudo blanca el cual llevaban doblado debajo del Kabuto (casco). Pero esto no fue así siempre, este tocado también tuvo una evolución de lo más interesante entre los samuráis.

Había una tradición entre los samuráis en la edad Media Japonesa; cuando un hombre era adulto, debía invitar a una persona específica a actuar como un Eboshi Oya «烏帽子親 » (padrino) y ponerle un Eboshi para él. A mi parecer, al llegar a su mayoría de edad escogían a una persona, a la que respetaban, o admiraban y les hacían poner ese sombrero para decir ¡he alcanzado la mayoría de edad y mirad que importante es mi padrino!

Emisarios Samuráis. Estos tres samuráis paseaban por las calles de Paris portando sus espadas, foto de 1863

Con esta evolución del Eboshi Samurái, pasó a tener una utilidad practica más que ornamental. Protegía la cabeza y acomodaba el Kabuto. También evitaba que el sudor cayera por la frente a los ojos, enturbiando la visión.

Nosotros no llevamos ni armadura ni casco, pero en los días calurosos o de un entrenamiento intenso, Solemos practicar con Eboshi.

El Eboshi en la actualidad.

En el Japón moderno, el Eboshi es el atuendo de los sacerdotes en los santuarios y de los jueces las de competiciones de sumo.

Hay disciplinas que de una manera parecida conservado estas formas de hacer, como es el caso de la disciplina del Kendo donde sus practicantes se colocan una gran pañuelo en la cabeza llamado Tenugui.

Es tan importante esta prenda, que hay todo un ceremonial para su colocación. A veces los veo en las olimpiadas o certámenes por internet y me da la sensación que el alma del practicante de Kendo radica en ese pañuelo, muchas veces ya convertido en un viejo, roto y sucio «trapo». Y cuanto más viejo es, más cariño y afecto veo en sus portadores hacia ese trozo de tela. Es como si les diera buena suerte. Quizás es esa la importancia y por eso el ceremonial no solo para fijar bien el casco y que no moleste a la hora de moverse o recibir impactos.

Foto de Eduardo Sato

Mi Eboshi

En otro país que no sea Japón, conseguir una prenda que no forma parte esencialmente de tu equipamiento deportivo, cuesta mucho de encontrar. Las tiendas deportivas solo venden artículos homologados por las federaciones de cada disciplina reglada y rara vez encuentras prendas u objetos únicos que estén a la venta, este material suele estar en expositores o sirven de adorno para atraer al público. Así que solamente quedan dos opciones, comprar por Internet lo que se busca (no recomiendo esta practica si no se sabe las medidas exactas, calidades, etc…), mejor viajar a Japón, o hacerse uno su propio material.

Solemos implementar en nuestro equipamiento prendas que se usaban antiguamente como es el caso del Ebosi, el Jinbaori o los Tekkos. Pero la practica habitual es que cada uno se confeccione sus propias prendas. Al no estar disponibles en nuestra región. Eso es algo que me llamo la atención de esta escuela y que le da un aire romántico. Es diferente.

En el caso de mi Eboshi, lo conseguí hace poco. Fue un regalo que me hizo la mujer de mi maestro. Nos confeccionó esta prenda para cada uno de los estudiante. Me encanta esta mujer, aunque no esté metida en la escuela de alguna manera forma parte de ella. Se interesa por cada uno de los estudiantes, nos apoya y da ánimos, siempre que puede va a todos los actos y eventos que realiza la escuela. Resumiendo, si nuestro maestro es el padre de la escuela ella es como si fuera la madre.